Quien no oye sonidos, puede sentir latidos Quien no ve la luz, puede imaginar colores Si no caminas la tierra, camina el viento Si no pronuncias las palabras, escríbelas Mueve tus alas según tu tiempo: en ti, siempre, tu destino espera...
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lunes, 19 de julio de 2010
EL PADRE, LA MADRE, EL HIJO, LA HIJA. de Jean Arp
El padre se ha colgado
en el lugar del péndulo.
La madre está muda.
El hijo está mudo.
Los tres siguen
el tic tac del padre.
La madre es aire.
El padre vuela a través de la madre.
El hijo es uno de los cuervos
de la Plaza San Marcos de Venecia.
La hija es una paloma mensajera.
La hija es dulce.
El padre come a la hija.
La madre corta al padre en dos
come una mitad
y ofrece la otra a su hijo.
El hijo es una coma.
La hija no tiene cola ni cabeza.
La madre es un huevo espoleado.
De la boca del padre
penden colas de palabras.
El hijo es una pala rota.
Por eso el padre se ve obligado
a trabajar la tierra con la lengua.
La madre sigue el ejemplo de Cristóbal Colón.
Camina sobre sus manos desnudas
y atrapa con sus pies desnudos
un huevo de aire tras otro.
La hija repara el desgaste de un eco.
La madre es un cielo gris
y abajo, muy abajo se arrastra
un padre de papel secante
cubierto de manchas de tinta.
El hijo es una nube.
Cuando llora llueve.
La hija es una lágrima imberbe.
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