La fibra se rompe
en su delgadez
como un hilo descendente
de la vilis mal amada
El amor en partes
escapa
a un lamento escaso
atisbado de estrellas
La mañana en el Este
decora
a destiempo
un recital de excusas vanas
Olga I.
Quien no oye sonidos, puede sentir latidos Quien no ve la luz, puede imaginar colores Si no caminas la tierra, camina el viento Si no pronuncias las palabras, escríbelas Mueve tus alas según tu tiempo: en ti, siempre, tu destino espera...